A partir del mes de marzo empezaremos a recibir los Balances ajustados por inflación los cuales impactarán desde el punto de vista contable en la valuación de esas empresas. Para comprender mejor como será el impacto contable en cada negocio es que invitamos al contador Cristian Bonino que es amigo de la casa, Value Investor y especializado en Auditoria para grandes empresas para que nos cuente de manera mas detallada el alcance del Ajuste por inflación contable.
Introducción
y Marco Normativo
La Comisión Nacional de
Valores (CNV) es el organismo estatal encargado de la fiscalización permanente
de las sociedades autorizadas a hacer oferta pública de sus acciones y/o
títulos de deuda (Ley 17.811). Entre sus atribuciones se encuentra
el dictado de normas contables legales que deben aplicar en forma obligatoria
las sociedades reguladas para la confección de sus Estados Financieros.
A partir del año 2011, la CNV
ha adoptado las Normas Internacionales de Información Financiera (“NIIF” o
“IFRS” por sus siglas en inglés) emitidas por el International Accounting
Standards Board (IASB), como normas contables legales obligatorias para las
sociedades cotizantes del país, con las características y salvedades dispuestas
localmente por la Federación Argentina de Consejos Profesionales de Ciencias
Económicas (“FACPCE”) a través de su Resolución Técnica N° 26.
El compendio de “NIIF” incluye
dos normas específicas (NIC 29 y su interpretativa IFRIC 7) para su
aplicación en la confección de Estados Financieros en contexto de “Economía
Hiperinflacionaria”.
A efectos de uniformidad en la
identificación, la misma norma establece en su párrafo de Alcance
las pautas cualitativas y cuantitativas que deben considerarse para la
determinación de la existencia o no de un contexto inflacionario y su
consecuente aplicación. Es así que, resumidamente, se enumeran las siguientes
características de un entorno económico hiperinflacionario:
· La población en general
prefiere conservar su riqueza en forma de activos no monetarios, o bien en una
moneda extranjera relativamente estable.
· La población en general no
toma en consideración las cantidades monetarias en términos de moneda local,
sino que las ve en términos de otra moneda extranjera relativamente estable.
· Las ventas y compras a
crédito tienen lugar a precios que compensan la pérdida de poder adquisitivo
esperada durante el aplazamiento.
· Las tasas de interés,
salarios y precios se ligan a la evolución de un índice de precios.
· La tasa acumulada de
inflación en tres años se aproxima o sobrepasa el 100%.
Como puede verse, la economía
argentina cumple hace varios años con los parámetros cualitativos establecidos
en los primeros cuatro puntos, no obstante ello y desde el año
de adopción de las NIIF, el cumplimiento del parámetro cuantitativo
en función de las mediciones efectuadas por organismos nacionales (100% de
inflación acumulada en tres años) se ha verificado en forma efectiva recién el
pasado 30 de Junio de 2018, fecha a partir de la cual los organismos emisores
locales e internaciones han decidido incluir a la República Argentina dentro
del listado de “Economías Hiperinflacionarias” en los términos de la
NIC 29.
En el siguiente gráfico
podemos apreciar la evolución del Índice de Precios al Consumidor durante los
últimos 12 años, según relevamientos efectuados por consultoras privadas:
¿Qué tenemos cómo
novedades?
A partir de la Resolución CNV
777/2018 publicada en el Boletín Oficial el pasado 28 de Diciembre, el
organismo regulador ha dispuesto para las entidades emisoras sujetas a la
fiscalización de la Comisión, la obligación de aplicar el método de reexpresión
de estados financieros en moneda homogénea (Ajuste por Inflación), conforme lo
establecido por la Norma Internacional de Contabilidad Nº 29 (NIC 29). El
ajuste se aplicará a los estados financieros anuales, por periodos intermedios
y especiales que cierren a partir del 31 de diciembre de 2018 inclusive,
admitiéndose su aplicación anticipada para los estados financieros que se
presenten a partir de la entrada en vigencia de la resolución citada.
De manera resumida, podemos
decir que los requerimientos de la NIC 29 (y su norma interpretativa IFRIC 7)
consisten principalmente en reexpresar las cifras de los estados financieros
para que consideren los cambios en el poder adquisitivo de la moneda, de modo
que las mismas queden expresadas en la unidad de medida corriente al final del
periodo sobre el que se informa.
Es necesario aclarar que todo
el mecanismo de reexpresión y sus características (a las cuales nos referiremos
de aquí en adelante) tienen que ver con el Ajuste por Inflación CONTABLE. En lo
que respecta al Impuesto a las Ganancias, las liquidaciones continuarán en
moneda histórica al no haberse disparado el mecanismo de ajuste impositivo
previsto en la Ley 27.430 y modificatorias.
¿De qué hablamos
cuando nos referimos a Inflación?
Antes de adentrarnos en el
mecanismo de ajuste previsto en la NIC 29, nos será de gran utilidad esbozar
una definición de “Inflación”, no tanto para concentrarnos en sus causas (lo
que forma parte de un debate más amplio que no se intenta abordar aquí) sino
para intentar comprender los problemas que nos genera en la producción e
interpretación de la información contable y/o financiera.
Todo modelo contable requiere
de una unidad de medida, que suele ser la moneda de curso legal donde una
entidad desarrolla sus operaciones. A través de ella, la contabilidad
cuantifica las operaciones y mediciones a efectos de valorizar el patrimonio de
una entidad, el capital a mantener y por supuesto, las ganancias o pérdidas que
tengan lugar en un ejercicio económico determinado.
Más allá de cualquier
definición económica, desde la perspectiva contable que nos interesa la
inflación puede definirse como la “pérdida constante del poder
adquisitivo de la moneda”. En efecto, la disciplina contable aborda
la problemática de la inflación no desde el ángulo de la suba generalizada de
los precios de la economía sino de su contracara, la pérdida de valor sostenida
que sufre la moneda. Esta desvalorización provoca que la información financiera
expresada en pesos nominales históricos tal y como las sociedades cotizantes
han estado presentando hasta ahora, carezca de utilidad y de comparabilidad.
En un sendero inflacionario
como el que transita la economía argentina, $100 del año 2006 no son
equivalentes a $100 del año 2018. La capacidad de compra de aquellos era mucho
más alta que los actuales, por ende si una sociedad posee en la actualidad
activos fijos adquiridos hace 12 años y los mismos se encuentran registrados a
su valor de costo sin que se haya aplicado ningún tipo de reexpresión o
revaluación, el importe en libros de esos activos se encuentra sumamente
desactualizado, al punto de no reflejar la realidad.
Pensemos en el año 2018, donde
el IPIM del INDEC registró un alza anual del nivel general de precios del orden
del 47,6%. Si una empresa tuvo ventas por $ X nominales a lo largo
del ejercicio, no resulta irrelevante identificar el momento del año donde las
mismas se concretaron. El valor REAL de esos ingresos será mayor cuanto más
cerca del inicio del ejercicio se hayan llevado a cabo, ya que el poder
adquisitivo de esos $ (capacidad para adquirir otros bienes y servicios) era
sustancialmente mayor en ese momento.
Esta problemática nos impone
la necesidad de aplicar un mecanismo contable que nos permita homogeneizar las
cifras contenidas en los estados financieros, para que los mismos sean
susceptibles de comparación con otros periodos y permitan al inversor actual o
potencial dimensionar el nivel patrimonial y los resultados reales devengados
en el ejercicio que se informa
¿De qué se trata
el Ajuste por Inflación previsto en la NIC 29?
El Ajuste por Inflación es una
técnica contable que consiste en la reexpresión de las cifras históricas
registradas en una contabilidad, cuando la unidad de medida utilizada es la
moneda de una “Economía Hiperinflacionaria”. Mediante la aplicación del Ajuste,
todas las cifras de los Estados Financieros básicos (Balance, Resultados,
Patrimonio y Flujos de Efectivo) quedarán expresadas de manera homogénea en
unidad de medida de poder adquisitivo de cierre de ejercicio.
Para la adecuación de las
cifras históricas, dados los inconvenientes de los últimos años con
las estadísticas públicas en la República Argentina, todas las
empresas utilizarán coeficientes uniformes que han sido preparados por la
Federación Argentina de Consejos Profesionales de Ciencias Económicas (FACPCE),
realizando empalmes en las series de índices de precios mayoristas y minoristas
del INDEC.
En una descripción resumida de
lo que es un proceso secuencial e integral, la reexpresión requerirá
los siguientes ajustes sobre los dos Estados Financieros principales:
Balance General:
·
Como primer paso, se deben identificar y separar
los rubros del Patrimonio entre Monetarios, Monetarios con cláusula de Ajuste y
No Monetarios.
· Rubros Monetarios: Son las
disponibilidades, créditos y deudas en moneda nacional sin cláusula de ajuste.
Estos rubros no se ajustan pues ya se encuentran expresados en moneda de poder
adquisitivo de cierre. Son las partidas que generan las
pérdidas y ganancias por exposición a la inflación.
· Rubros Monetarios con
Cláusula de Ajuste: Son los créditos y deudas en moneda extranjera o con
cláusula de indexación por intereses y actualizaciones. Estas partidas se
ajustan y generan ganancias o pérdidas reales por la diferencia entre el monto
reexpresado por aplicación del coeficiente de inflación y el importe nominal
valuado al momento del cierre (capital más intereses devengados o medición al
tipo de cambio de cierre)
· Rubros No Monetarios: Son los
activos fijos, inversiones permanentes, inventarios, patrimonio neto, etc.
Estas partidas se ajustan mediante aplicación del coeficiente de inflación
desde la fecha de incorporación al patrimonio hasta el cierre del ejercicio que
se informa. Las partidas del PN (capital, resultados acumulados y reservas) se
ajustan desde la fecha de su origen y constituyen la contrapartida de la
reexpresión del activo fijo y otras partidas no monetarias del activo. Es
importante destacar que estos rubros no generan resultados por exposición a
inflación y que su actualización impacta en la cuantía del patrimonio neto,
pero no en forma directa en el resultado del ejercicio que se informa.
Estado de Resultados:
· Los resultados
transaccionales (ventas y gastos operativos) se reexpresan desde el mes de
origen o devengamiento.
Los resultados generados por consumo de activos (costo de
mercaderia vendida, amortizaciones, desvalorizaciones, etc) se reexpresan desde
la fecha de incorporación al patrimonio de los respectivos activos que le
dieron origen
· Resultados financieros y por
tenencia: Son los resultados generados por activos y pasivos con cláusula de
ajuste. En primer lugar, se debe reexpresar el capital utilizando el
coeficiente desde la fecha de incorporación del crédito y/o deuda. Luego se
compara el importe nominal revaluado (por actualización de TC o incorporación
de intereses devengados por ejemplo) con el costo ajustado por inflación. La
diferencia será la ganancia o pérdida financiera real.
· RECPAM: Por aplicación del
Ajuste por Inflación, el Estado de Resultados tendrá un nuevo componente dentro
del rubro “Resultados Financieros”, que son los “Resultados por Exposición al
Cambio en el Poder Adquisitivo de la Moneda”. El importe que se registra aquí
representa la ganancia o pérdida real que una empresa tiene por mantener
durante el ejercicio posiciones en pesos positivas o negativas (acreedoras o
deudoras)
Todos sabemos que en una
economía inflacionaria tener pesos en el bolsillo o créditos en esa moneda (sin
cláusula de actualización) nos generan pérdidas por la exposición a la
inflación. Mantener esas posiciones monetarias durante un periodo de tiempo
produce que al final del periodo, con la misma tenencia nominal pueda comprar
menos bienes y servicios que al inicio. Lo inverso sucede con las deudas en
pesos. Mantener esa posición durante un periodo inflacionario produce que al
final del periodo debo erogar menos “bienes y servicios” para cancelarla. En el
primer caso tenemos una pérdida real y en el segundo una ganancia real. Esta
misma situación les sucede a las empresas. Las empresas que a lo largo de un
ejercicio mantengan posiciones monetarias positivas o negativas
(disponibilidades en pesos + créditos en pesos – deudas en pesos) anotarán una
pérdida o una ganancia por exposición a la inflación, cuya cuantía dependerá
del monto del capital monetario expuesto.
¿Qué cambios
significativos deberíamos esperar en las próximas presentaciones de estados
financieros?
Como consecuencia de la puesta
en vigencia de la NIC 29 vamos a presenciar importantes cambios en
la información financiera de las compañías públicas de Argentina, tanto en
aspectos que hacen a la valuación como a la exposición de sus patrimonios y
resultados.
Como características
generales, deberíamos observar en la mayoría de las cotizantes un notable
incremento en la cuantía de su patrimonio neto (Valor Libro), producto de la
reexpresión de activos fijos, intangibles, Part. Permanentes, inventarios y
toda otra partida de carácter no monetario, en algunos casos con valores
sumamente desactualizados al día de hoy. Asimismo, aquellas empresas que
dispongan de elevados niveles de capital de trabajo en pesos (sin incluir
inventarios), registrarán pérdidas reales por la exposición a la inflación y la
consecuente pérdida del poder adquisitivo.
El impacto particular del
ajuste sobre los activos, pasivos y los resultados de cada entidad
dependerá de cada estructura patrimonial y de la naturaleza de su industria y
sus actividades. Resulta muy difícil estimar los cambios con algún grado de
precisión, dado que solo la empresa posee la información específica para la
anticuación de las partidas que deben ajustarse (fecha de incorporación al
patrimonio), paso necesario para determinar el coeficiente a emplear.
No obstante lo mencionado en
el párrafo anterior y a partir de las consideraciones expuestas en el presente
artículo, podemos presumir las siguientes modificaciones generales en relación
con las cifras históricas que se venían reportando:
- · Compañías con Activos Monetarios Netos
significativos (Bancos): En estas empresas es esperable observar RECPAM negativo y
ganancias netas por colocaciones financieras menores al encontrarse
a partir de ahora expresadas en términos reales (antes nominales).
- · Compañías con Activos Fijos significativos
(Industriales, Utilities) valuados a Costo Histórico: Deberíamos esperar un importante incremento
del patrimonio neto como consecuencia de la reexpresión de los activos. Asimismo,
es esperable una reducción de los márgenes operativos producto de mayores
cargos por amortización.
- · Compañias con Deudas Financieras
significativas: Aquí deberíamos
observar una disminución en las pérdidas financieras por intereses y/o diferencias
de cambio, dada su expresión en términos reales. Parte de los intereses
negativos o diferencias de cambio nominales son producto de la
inflación (capital reexpresado), por ende su ajuste no impacta en el
resultado en la medida que constituya una contrapartida de la
actualización de activos no monetarios.