Escribíamos hace más de dos años acerca de las bondades de
Gazprom. Pasaron desde ese entonces USD 0,52 de dividendos pagados, avances
significativos en todos los gasoductos que se estaban construyendo y mejoras en
los precios de exportación de la empresa.
En el día de hoy el gigante ruso terminó de confirmar el
incremento en los dividendos propuesto hace más de una semana: son 16,6 rublos
por acción (algo así como 0,50 dólares por ADR). Lo que implica un crecimiento
del más del 100% respecto a los dividendos del año pasado y más de un 60% de
incremento respecto a la propuesta original de principios de año. El precio de
la acción se disparó y subió más de un 30% en los últimos días.
Tal y como informó la empresa, 2019 y 2020 serán años de
CAPEX bajos en donde se empezarán a recoger los frutos de los nuevos
gasoductos. La puesta en marcha del Nord Stream 2 y el Turkish Stream para
finales de este año, significaran ahorros de USD 1,5 bn anuales.
Las criticas hacia la empresa venían, tal vez en justa
medida, por el hecho de que se realizaban excesivas inversiones con
sustentabilidad económica dudosa en detrimento de la distribución de utilidades
para los accionistas. Entrando a esta nueva fase vemos que las premisas
anteriormente expuestas se están cumpliendo y el mercado está empezando a pagar
a función de ellas. En la medida en que el flujo de caja se libere, las dudas también, y la valuación de la compañía será más acorde a su potencial.
Los riesgos no son menores. Donald Trump sigue imponiendo
sanciones y tratando a toda costa de lograr meter gas licuado estadounidense en
el mercado europeo. La guerra comercial con china puede provocar volatilidad en
el precio de los commodities. Pero mientras tanto, la fase final de los
proyectos va llegando y en los años subsiguientes se verán los frutos de haber invertido
más de un market cap con el objetivo de incrementar las exportaciones.
Todavía queda valor por delante.
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